Bart se encuentra a sus anchas en la lavandería local, donde sorprenderá a propios y extraños con la cantidad de daño que puede causar un niño con su bolsillo rebosante de monedas.
Cuando los Simpson descubren una plaga de abejas en su casa, deciden fumigar… hasta que prueban la dulce, dulce miel producida por el enjambre. Pronto se pondrán a trabajar como abejas preparando su nuevo negocio como vendedores de miel… un negocio en el que Burns también ve mucho dinero que ganar.